Hace poco más de setenta y siete años, un pequeño grupo de hermanos de la Iglesia Metodista Pentecostal de Los Andes se comprometieron y unieron con un propósito: servir en la obra de Dios y crecer principalmente en el espíritu, sembrando la semilla del Evangelio.

En aquellos primeros años de nuestra amada iglesia, el Cuerpo de Voluntarios se caracterizó por trabajar arduamente en la predicación del evangelio por las calles de nuestra ciudad y comunas del Valle de Aconcagua, llevando el mensaje del Señor a través de grandes portavoces, una especie de embudo metálico, para poder ser escuchados por muchos necesitados.

Cuenta la historia que durante esos primeros años los hermanos principalmente Varones denominados Voluntarios, guiados por nuestro amado Pastor Rodolfo Albornoz Pérez, salían a congregarse en los diferentes Locales de nuestra Iglesia, como San Felipe, El Escorial, Panquehue, donde los hermanos se trasladaban en tren para poder llegar a realizar los servicios del Señor; así como también a Ambrosio O’Higgins, Calle Larga entre otros, donde se disponían a servirle al Señor caminando desde nuestra ciudad, no importando el horario, el frío, el calor, porque la principal motivación era que la palabra del Señor se extendiera más allá de los muros de la iglesia; fueron hermosas giras que se realizaron por diversos puntos del Valle, las que permitieron compartir la palabra de Dios en comunidades lejanas y necesitadas, inspirando a muchos a unirse a nuestra amada iglesia.

Con el correr de los años comenzaron a realizarse las Convenciones de Voluntarios, donde nuestra iglesia tenía una activa participación. 

Bajo la guía de nuestro amado Pastor Mario Chacana, quién tenía una gran visión evangelista, se comenzó a capacitar a los varones en el ámbito espiritual y como sacerdotes del hogar, comenzando a tener reuniones una vez a la semana para aprender más de la palabra del Señor y formar así nuevos obreros, predicadores y líderes. La semilla de servicio y liderazgo plantada en este período se ha visto germinar en innumerables frutos espirituales, como por ejemplo la bendición de que 6 matrimonios de nuestra iglesia fueron enviados al ministerio pastoral, bendición que nos honra como Iglesia.

Hoy en día, bajo la guía de nuestro amado Pastor Samuel Castillo, el Cuerpo de Voluntarios de la Iglesia Metodista Pentecostal de Los Andes continúa su labor con pasión y dedicación. Reuniéndonos cada viernes a las 20:00 hrs., donde nuestro principal objetivo es alabar y exaltar el nombre de nuestro amado Señor y Dios, aprender de su palabra y compartir hermosas experiencias que fortalecen nuestra fe. 

Quienes tienen este año la honra de ser encargados de este Cuerpo son nuestros hermanos: Juan Arancibia, Elías Ramírez y Alvaro Araya.

Dentro de nuestras actuales actividades, podemos destacar la activa participación de nuestro Cuerpo en la alabanza dentro de nuestros cultos, trabajo en el casino de nuestra iglesia, visita a enfermos y necesitados.  La fe, el servicio y la pasión por Cristo continúan siendo el corazón de este Cuerpo de Voluntarios.

Nuestro Pastor Samuel nos instó a extender nuestro trabajo en la obra del Señor con un programa radial, y desde mediados del mes de Junio de este año se ha comenzado a realizar el programa "Servidores de Dios", que se transmite todos los días viernes de 22 a 23 hrs. a cargo de los hermanos Elías y Pedro Ramírez.

No queremos dejar sin mencionar a quienes han dejado un gran e inolvidable legado en nuestro Cuerpo de Voluntarios, como nuestros hermanos Miguel Albornoz, hermano Juan Pantoja, entre otros y sin duda el gran legado que nos dejó nuestro amado hermano Osvaldo Emilio Herrera Montanario, quien nos dejó una gran enseñanza de servicio y amor a la obra del Señor.